Entrenamiento en destrezas cognitivas - conductuales relacionadas con la seguridad personal en las calles con adolescentes de un colegio céntrico de la ciudad de Asunción: Proyecto Cognitivo Conductual Aplicado a la Sociedad

Tapichakuéra oikuaa ha ha’eve haua oikokuaa rekávo ijehegui tape rehe, oñemboguatáva mbo’ehao opytáva Paraguay tavusúpe: tetãygua oikuaa ha ha’eveve haua tembiaporã

Training in cognitive - behavioral skills related to safety staff on the streets with teenagers from a downtown school in the city of Asunción: Behavioral Cognitive Project Applied to Society



Gladys Ayala, Mariela Cane y Mirtha Lezcano

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción



Nota de los autores

Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, Sección Posgrado.

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Resumen

El presente trabajo consistió en el diseño y ejecución de un proyecto social con el objetivo de entrenar destrezas cognitivo-conductuales relacionadas con la seguridad personal en las calles aplicado en un Colegio público de la ciudad de Asunción, donde fueron beneficiarios alumnos y maestros del turno mañana, entrenados de forma más intensiva 36 alumnos con edad promedio de 15 años, del primer curso de la Educación Media. El programa abordó estrategias de información, sensibilización y entrenamiento en destrezas conductuales apoyadas en el modelado y ensayo conductual. A partir de la intervención se logró incorporar destrezas en conductas de seguridad en un 50% y se pudo constatar que un 94,6 % de la población estudiantil se percibe como autoeficaz en la aplicación de los conocimientos adquiridos.

Palabras clave: Entrenamiento, Destrezas cognitivas conductuales, Seguridad personal, Adolescentes.

Abstract

The present work consisted of the design and execution of a social project with the objective of training cognitive-behavioral skills related to personal safety in the streets applied in a public school in the city of Asunción, where students and teachers of the shift were beneficiaries tomorrow, trained more intensively 36 students with an average age of 15 years, of the first year of Middle School. The program addressed information strategies, awareness and training in behavioral skills supported in modeling and behavioral testing. From the intervention it was possible to incorporate skills in security behaviors by 50% and it was found that 94.6% of the student population is perceived as self-effective in the application of the acquired knowledge.

Keywords: Cognitive-behavioral skills training-personal safety in streets-adolescents.

Mombykypyre

Ko jeporekapy rupive oñembosako’i ha oñemboguata tembiapo tetãyguakuéra ndive, jahechápa noñembokatupyrýi tapichakuérape oikokuaávo ijehegui tape rehe; oñemboguata peteĩ mbo’ehao opytáva Paraguay tavusúpe, ha oñepytyvõ temimbo’e ha mbo’ehára pyharevekueguápe, ko’ýte 36 temimbo’e oguerekóva 15 ary rupipe, mbo’esyry peteĩha Educación Media peguápe, ha’eve potávo oñedefende haua. Upe tembiapo kakuaa rupive, oñemomarandu, ojehesape’a ha oñembokatupy umi tapichápe oikovekuaa jávo ijehegui. Oñembotývo upe tembiapokue, oñembokatupyry 50% umi tapichápe, ha 94,5% temimbo’e katu ohechakuaa ikatupyryveha omboguatávo hekovépe umi mba’e oikuaava’ekue

Mba’e mba’e rehepa oñe’ẽ: Mba’e mba’e rehepa oñeñe’ẽ: Ñembokatupyry, mba’ekuaa ha ta’eve, tapicha segurida, mitãsukuéra













Entrenamiento en destrezas cognitivas - conductuales relacionadas con la seguridad personal en las calles con adolescentes de un colegio céntrico de la ciudad de Asunción

El propósito del presente trabajo consistió en el entrenamiento de estrategias cognitivas y conductuales relacionadas con la seguridad personal en la vía pública en estudiantes. Con esto se buscó que los mismos aumenten la probabilidad de llevar a cabo conductas de seguridad como medidas preventivas de asaltos personales y robos generados en las calles y donde los adolescentes son vistos como víctimas potenciales de este tipo de situaciones.

Aspectos preliminares

Llevar a cabo conductas de autocuidado, específicamente relacionadas a la seguridad personal en las calles, requiere en primer lugar que el sujeto se perciba como vulnerable a los hechos de inseguridad que se puedan presentar, ya que sin este factor, es menos probable la ejecución de conductas de seguridad como medidas preventivas.

La edad del sujeto juega un papel importante en la percepción de la inseguridad social. En este sentido se ha encontrado que mientras mayor es la edad de la persona, mayor es su percepción de riesgo (Ortega & Miles, 1987; Parker & Ray, 1990 en Villatoro, Domenech, Medina- Mora, Bautista & Fresán, 1997, p. 106).

Al respecto, David Elkind, teórico sobre el desarrollo durante la adolescencia, propone el concepto de la fábula personal, donde el adolescente cree que nada le puede pasar ya que es invencible o piensa “esas cosas le pasan a otros, no a mí” (Nielsen, 1991 en Villatoro et al., 1997, p. 106). Así, si el adolescente piensa que es invencible y no tiene miedo de que le suceda algo, es probable que no tome precauciones que ayuden a evitar asaltos personales.

Esto concuerda con la teoría de Skogan y Maxfield (1981 en Villatoro et al., 1997, p. 106) sobre la vulnerabilidad social, donde los efectos de edad y género reflejan no una visión objetiva de riesgo, sino una estimación subjetiva de lo que sucedería en caso de resultar victimizado.

Por otra parte, las conductas de prevención están antecedidas por las creencias en las propias capacidades, es decir, por la autoeficacia percibida y la misma se refiere a las “creencias en las propias capacidades para organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos para manejar situaciones futuras” (Bandura, 1991, p. 21). Estas creencias organizan el modo de pensar, sentir, motivarse y actuar de las personas. La autoeficacia a la vez va relacionada con el concepto de locus de control propuesto por Rotter (1954 en Olivares y Méndez, 2005, p. 374), donde el autor desarrolló un modelo que pretende dar cuenta de las relaciones entre nuestra conducta y las expectativas que les asignamos a los posibles resultados de una conducta específica. Este locus de control, suele variar de una situación a otra, puede ser interno cuando el sujeto cree que él tiene el control sobre una determinada situación o externo cuando piensa que es la situación la que lo domina a él.

Autores como Sampson, Raudenboush y Earls (1997 en Pérez y Bustos, 2018), abordaron la eficacia colectiva como un factor cognitivo para mantener la cohesión social; los resultados mostraron que la eficacia colectiva funcionó como un factor de protección ante la violencia y el robo ya que incrementa el control en los jóvenes en situaciones de riesgo.

Por otro lado, la creciente inseguridad a nivel nacional se ha instalado como uno de los principales problemas pendientes por resolver en la agenda pública. La criminalidad se ha vuelto un acto cotidiano que no distingue nivel socioeconómico, género o edad, aumentando así el sentimiento de inseguridad de la población. Esta vivencia de inseguridad repercute en la calidad de vida de la ciudadanía ya que “limita la libertad para disponer de las diferentes opciones vitales, perturba la lectura de la realidad, promueve actitudes discriminatorias, disminuye el interés para establecer nuevos lazos sociales y quiebra el sentido de vivir en comunidad” (MDI, 2014).

El Plan Nacional de Desarrollo 2030 (2014) destaca que algunos de los delitos principales son el robo callejero (3,6 %), hurtos personales (3,5 %) y robos o intentos de robo con violencia (3,2 %). En base a esto, se observa una prevalencia significativa de agresores menores de 16 y 20 años, siendo las víctimas del mismo rango de edad. Además, se confirma que la mayoría de los casos de actos violentos se dan alrededor del robo de celulares en la vía pública, aspecto muy importante a tener en cuenta ya que los jóvenes son los más propensos a ese riesgo.

El sentimiento creciente de temor a la inseguridad se ve acrecentado no sólo por la propia victimización, sino también por la desconfianza en las instituciones (ENSC, 2014), lo que lleva a altos niveles de no denuncia de los delitos sufridos (Plan Nacional, 2014). Pérez y Bustos (2018) mencionan que la insatisfacción por parte de la ciudadanía puede llevar a que creen sus propias estrategias preventivas de seguridad colectivas como son la organización en comités vecinales u otras de carácter individual como dejar de salir de noche, llevar poco dinero consigo y no portar joyas. Estas estrategias individuales pueden ser enmarcadas bajo la denominación de autoeficacia percibida, como se ha mencionado, consiste en la creencia de las personas en sus propias capacidades para realizar conductas que le permitan manejar con éxito situaciones futuras, en este caso, mantenerse a salvo. Algunos autores hablan sobre la importancia de estimular esta creencia en los individuos ya que puede actuar como un factor de protección ante la violencia y el robo.

La seguridad ciudadana es inherente al desarrollo de bienestar de una sociedad, por lo que es fundamental realizar programas de intervención que promuevan este valor. Con el trabajo realizado, se pretende aportar a la prevención del delito, definido por las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito de 2002 como un conjunto de “estrategias y medidas que buscan la reducción del riesgo de que ocurran delitos, así como sus efectos dañinos potenciales en los individuos y la sociedad, incluyendo el temor al delito, mediante la intervención para influir en sus múltiples causas” (en Shaw & Travers, 2007).

Para el presente trabajo se trazó como objetivo mejorar las destrezas tanto cognitivas como conductuales de los y las adolescentes en lo que refiere a la seguridad personal en las calles, de manera a evitar ser víctimas de asaltos, robos u otras situaciones de violencia generadas en la vía pública. Así también se apuntó a contribuir a la sensibilización en relación a la importancia de la seguridad personal en las calles y el entrenamiento posterior de las estrategias conductuales como medidas preventivas de situaciones de robos, asaltos, etc. en la vía pública y lograr que dichas conductas de seguridad hayan mejorado en un 50 % en los y las adolescentes participantes al final de la intervención

En este trabajo se definió daño callejero o accidentes callejeros a eventos adversos que se pueden sufrir en la calle. Daño y accidente se utilizan como sinónimos en este contexto. Los accidentes son hechos que se presentan en forma repentina e impredecible que ocasionan daños y pueden suceder en la escuela, hogar, trabajo o vía pública, en este estudio se dirige la atención a los que suceden en la vía pública.

El trabajo formó parte de la evaluación del Módulo 20 denominado: Proyectos Cognitivos Conductuales Aplicados a la Sociedad de la Maestría en psicología con énfasis en intervenciones cognitivo-conductuales de la Universidad Católica “Nuestra señora de la Asunción”. El diseño e implementación del proyecto estuvo a cargo de un equipo conformado por siete profesionales psicólogos/as en formación en dicha maestrí , un profesional Psicólogo y experto en Artes Marciales y monitoreado por la docente del módulo.

Método

Participantes

Participaron del programa 202 miembros de la población estudiantil del turno mañana de un colegio público situado en la zona céntrica de la ciudad de Asunción, capital del Paraguay. En los talleres de entrenamiento cognitivo - conductual participaron menores escolares en edades comprendidas entre 14 a 17 años, siendo 15 años la edad promedio, el 47,2 % corresponde al género femenino y 52,78 % al masculino, quienes se encuentran cursando el primer año de la Educación Media del turno mañana.

Instrumentos

Cuestionario de riesgo de accidentes callejeros (LB).De manera a obtener un perfil del comportamiento de seguridad habitual en las calles de los y las adolescentes previo a la implementación del programa diseñado; se procedió a la aplicación del Cuestionario de riesgo de accidentes callejeros (Caballero, 2012). El cuestionario consta de 25 ítems. Los primeros ítems plantean situaciones relacionadas a la percepción de riesgo personal de los participantes de sufrir algún accidente/daño en las calles donde los mismos debían indicar sus niveles de acuerdo con las afirmaciones presentadas siguiendo este formato de respuesta: CA (Completamente de acuerdo), A (De acuerdo), I (Indiferente), D (En desacuerdo) y CD (Completamente en desacuerdo).

Los ítems posteriores guardan relación a los comportamientos propiamente de seguridad en las calles, y si éstos eran llevados a cabo o no por los y las adolescentes. En caso de que la respuesta sea negativa debían valorar la probabilidad de sufrir algún daño o pérdida asociada a cada conducta presentada siguiendo este formato de respuesta: MB (Muy baja probabilidad), B (Baja probabilidad), N (Ninguna probabilidad), A (Alta probabilidad) y MA (Muy alta probabilidad).

Breve cuestionario sobre utilidad y aplicabilidad de las destrezas entrenadas en el taller. A modo de registrar la utilidad, aplicabilidad y satisfacción con el programa implementado, luego de la ejecución del programa se aplicó un cuestionario compuesto por tres ítems cuantitativos y dos ítems cualitativos, con el propósito de evaluar la percepción de los y las adolescentes sobre cuán útil y aplicables serían las destrezas cognitivas y los comportamientos de seguridad en las calles entrenados durante el taller.

Procedimiento

A través de la Coordinación de Supervisiones de Capital del Ministerio de Educación y Ciencias se accedió a contactar con la Directora de un colegio público de la capital para la ejecución del proyecto. Se elaboró la nota de solicitud dirigida a la Directora de la Institución, quien a su vez designa al equipo técnico para la revisión del proyecto y la coordinación de las actividades a implementarse. Como referente principal del equipo técnico se concertó la entrevista con la psicóloga, quien aprueba el pedido y recomienda ejecutar el proyecto con el grupo de estudiantes del primero primera y autoriza a realizar la jornada de prevención de accidentes callejeros para toda la población del turno mañana.

La aplicación del proyecto se desarrolló desde el 16 al 27 de marzo de 2018. Constó de tres encuentros con la población estudiantil, uno para realizar la evaluación de línea de base y dos talleres para el entrenamiento cognitivo y conductual.

El programa se divide en cinco fases:

Primera fase: Se procedió a la elaboración del marco lógico, el resumen ejecutivo y las actividades para la ejecución del proyecto; el diseño del slogan del proyecto para su difusión, de los materiales informativos sobre conductas de autocuidado en las calles y entrevistas con posibles instructores de defensa personal.

Segunda fase: Consistió en la evaluación previa o medida de línea de base mediante la aplicación del cuestionario de riesgo de accidentes callejeros, cuyos resultados se exponen más adelante. De cincuenta adolescentes previstos inicialmente participaron treinta y seis, a quienes primeramente se les brindó información sobre el proyecto y los objetivos propuestos y seguidamente se administró el cuestionario. Los participantes se sentaron individualmente para asegurar el anonimato de sus respuestas y no pudieran comentarlas entre sí; se les aseguró la confidencialidad de la tarea y se respondieron dudas y consultas pertinentes. Los cuestionarios completaron en un lapso de 30 minutos aproximadamente.

Tercera fase: Consistió en dos sesiones; en la primera sesión se realizó el Taller psicoeducativo Tu seguridad empieza por ti mismo/a” con duración de 60 minutos, donde participaron treinta y seis adolescentes, desarrollado en la sala de clases, se enfatizó el papel de la Autoeficacia percibida como componente cognitivo. En este punto se buscó que los adolescentes consideren que el cambio de sus conductas se relaciona con la propia capacidad percibida para manejar situaciones de estrés, con el objetivo de que ellos puedan movilizar sus propios recursos para satisfacer las demandas del entorno Bandura (1999). Además, se desarrollaron los aspectos teóricos relacionados con los riesgos en las calles y las medidas de seguridad a ser empleadas para evitar ser víctimas de robos, asaltos, etc. Al término de la charla se dio lugar a la exposición de un material audiovisual alusivo al tema, para dinamizar la actividad y asentar los conocimientos proporcionados.

Posterior al taller psicoeducativo se realizó la campaña de sensibilización durante el receso en el patio del colegio a un total de 202 alumnos y miembros de la institución educativa, mediante la distribución de materiales informativos sobre los riesgos en las calles y las medidas preventivas a ser tomadas para evitar ser víctimas, también fueron entregados brazaletes de color turquesa, como símbolo representativo (no oficial) de promoción de conductas de autocuidado en las calles así como golosinas, utilizados como reforzadores.

En la segunda sesión: se procedió al Entrenamiento en las destrezas conductuales de seguridad en las calles a cargo de un Psicólogo clínico y experto en Artes Marciales, contratado por el equipo de trabajo, con una duración de 60 minutos, desarrollado en sala de clases. Este entrenamiento se basó en técnicas de defensa personal, apoyado en ensayos de conducta y modelamiento. Los adolescentes practicaron técnicas de escapes, safes del agresor. Al inicio de esta actividad se repartieron los brazaletes color turquesa a cada participante.

En la introducción el instructor hizo referencia sobre la importancia de no oponerse, ni correr cuando el adversario está con armas blancas o de fuego, sobre la importancia de pensar que la vida es lo más valioso con lo que contamos las personas, que las cosas son recuperables pero la vida no. Indicó también que en el ensayo se aprenderán técnicas para aumentar recursos personales a modo de prevenir daños callejeros y cómo hacer para defenderse sin atacar.

La primera técnica de safe consistió en huír del agarre, en posición frontal, con manos cruzadas y escapando por el lado izquierdo. La siguiente técnica de safe fue en posición frontal, en espejo y escapando por el lado derecho. Otra técnica de safe fue el de espalda al atacante, escapando al torcer ambos brazos. Los ensayos conductuales se realizaron en pareja entre pares y también con el profesor.

Se instruyó a los adolescentes de que cada técnica debía ser con determinación antes que con fuerza y que seguido al safe debían correr, ya que la intención deberá ser la huída ante las situaciones de peligro.

Los ensayos conductuales fueron grabados, con previo permiso de los estudiantes, desde las prácticas iniciales hasta las finales del entrenamiento, de manera a obtener una medida de la incorporación de las estrategias y destrezas conductuales modeladas.

Al finalizar el taller se entregaron materiales informativos para la seguridad de cada alumno.

Cuarta fase: Aplicación de un cuestionario breve sobre la utilidad y aplicabilidad por parte de los adolescentes sobre lo desarrollado durante todo el programa de entrenamiento. Al finalizar se entregaron chocolates, como reforzador de la conducta participativa distribuidos al azar por número de lista; en este caso, sugerimos entregar el reforzador inmediatamente después de la conducta esperada.

Quinta fase: Se realizó la difusión a través de los medios masivos de comunicación acerca del proyecto implementado y haciendo extensiva las recomendaciones sobre conductas preventivas, a modo de lograr impacto social atendiendo el objetivo de sensibilizar en conductas de seguridad para lograr un alcance más amplio. La actividad realizada fue difundida por dos representantes del proyecto a través de la radio Cáritas de la Universidad Católica 680 AM, en horario de 20:00 hs dentro de un programa emitido con alcance nacional a través de la frecuencia e internacional vía online.

Técnicas cognitivas y conductuales empleadas en el programa

Psicoeducación: Durante el desarrollo del taller “Tu seguridad empieza por tí mismo/a”.

Retroalimentación: Se empleó al proporcionar información específica sobre el desempeño de los y las adolescentes enfocándose en aspectos positivos y sugiriendo mejoras o cambio si fuera necesario.

Reforzadores: Reforzadores sociales como los elogios verbales y aplausos por la participación durante los talleres. También se emplearon los reforzadores tangibles como golosinas y brazaletes por la participación en los talleres y durante la campaña de concienciación. Los reforzadores se implementaron de manera continua.

Inductores: El uso de inductores dentro del programa como las instrucciones verbales que incluían aquellas directivas claras de parte de los facilitadores de los talleres sobre cómo y cuándo iniciar una conducta y cómo han de completarla. Esto ayudó a guiar el desempeño de los y las adolescentes durante el entrenamiento en las destrezas conductuales propiamente.

Moldeamiento: Considerando que las destrezas conductuales de seguridad personal consistían en varios pasos, desde estar atentos/as a lo que podría ocurrir en una situación real se iban reforzando aquellas pasos o movimientos logrados y que se acercaban a las conductas deseadas y las que no, se extinguían.

Modelado y Ensayos conductuales: Por medio de este procedimiento se representaron escenas cortas que simulaban situaciones de la vida real y que eran consideradas de riesgos para los adolescentes. El modelo en este caso representó maneras más apropiadas y efectivas de afrontar dichas situaciones tanto de manera preventiva o de manera a evitar consecuencias mayores por ejemplo ante una situación de asalto en curso.

Análisis Estadísticos

El estudio estadístico de los datos se elaboró mediante el programa informático SPSS. La encuesta sobre riesgos de accidentes callejeros nos informa que el 13,89 % del alumnado sufrió algún tipo de accidente callejero, mientras que el 86,11 % no fue víctima de ninguno. Se observa que los daños sufridos corresponden a golpes, persecución, atropello y asalto.

En cuanto a la percepción de riesgos, un 91,67 % está entre completamente de acuerdo y de acuerdo de que pueden ser víctimas de un accidente callejero, completamente en desacuerdo un 2,78 %, y se mantiene indiferente un 2,78 %.

Por otra parte en cuanto a la percepción de evitación de conductas de riesgo se observa a un 88,57% completamente de acuerdo y de acuerdo en que puede evitar sufrir algún accidente, en desacuerdo un 8,57 %, Indiferente el 2,86 %.

Con respecto, si los accidentes o daños en las calles se producen por causa de cada persona, se observa que el 85,72 % del alumnado está completamente de acuerdo con la afirmación, mientras que un 5,71 % en desacuerdo y el 8,57 % indiferente. Por otro lado, el 71,43 % de los alumnos piensan que los accidentes se producen por causa de autoridades del municipio, y un 75% cree que es por causa de autoridades estatales; de esta manera se observa, que para esta población estudiada, las causales de los accidentes o daños se deben a factores externos a ellos. Asimismo, se pudo también constatar que el 75 % del alumnado cree que tomar medidas de seguridad limita la libertad.

En cuanto a las conductas de seguridad se observa que el 58,33 % de los alumnos camina cerca de la muralla. Un 75 % de los adolescentes camina por el medio de la vereda, el 58,33 % no camina por la acera y el 75 % camina por la calle. El 86,11 % camina mirando a lo lejos, el 58,33 % camina usando el celular, el 72,22 % usa el celular al estar sentado, el 55,56 % usa el celular al estar parado. También nos informa que el 72,22 % de los alumnos llevan objetos de valor, el 58,33 % no se detiene si ofrecen gangas, bingo u otro objeto que parezca de valor, el 80,56 % si observa el rostro y vestuario que lleva el vendedor. El 58,33 % camina por calles poco iluminadas, 50 % camina por calles poco transitadas, 63,39 % camina por calles donde hay grandes árboles, 61,11 % camina por calles con murallas bajas, 52,78 % no desacelera el paso a ver gente desconocida, 80,56 % no se acerca a ver qué pasa cuando ve gente desconocida, 80,56 % cruza la calle al ver gente desconocida y un 91,67 % conoce el número de teléfono de emergencias.

A partir de la Encuesta de satisfacción y aplicabilidad, administrada al finalizar la segunda sesión del taller, podemos inferir que el 97,29 % de los adolescentes consideran útil y aplicable lo aprendido en el taller. El 64,86 % considera Muy útil y aplicable, el 32,43 % bastante útil y aplicable y el 2,70 % poco útil y aplicable.

El 94,6 % de la población estudiantil se percibe como autoeficaz en la aplicación de los conocimientos adquiridos en el taller, desglosando por variables se puede observar que el 56,76% del alumnado considera que es bastante capaz de usar la información recibida, el 37,84 % se considera muy capaz y el 5,41 % se percibe poco capaz.

El 100% del alumnado cree que es capaz de utilizar las técnicas entrenadas de defensa personal, específicamente las de Safes y el 75,68 % de la población considera que es nueva la información que recibió en el taller, mientras que el 24,32 % expresa que no es nueva.

En cuanto a las recomendaciones, los alumnos hicieron hincapié en la necesidad de que el proyecto se desarrolle en un tiempo más extenso con más frecuencia.



Análisis y conclusión

Según los resultados arrojados en la evaluación de línea de base, la mayor parte de la población estudiantil mencionó no haber sufrido algún tipo de accidente/daño en la calle; sin embargo se observa que un alto porcentaje del alumnado se considera como víctima potencial de los accidentes o daños en las calles, lo que indica que se auto perciben vulnerables a esos hechos.

Como se ha mencionado en el presente artículo, la percepción de riesgo es un factor fundamental para llevar a cabo conductas de seguridad personal como medidas preventivas de situaciones adversas como robos, asaltos etc., en las calles,

En relación a las causas probables de los accidentes/daños en las calles, también en su mayoría atribuyen a causas personales relacionadas con los comportamientos que propician las situaciones de robos o asaltos en las calles, sea caminando o estando en las paradas de ómnibus, como por ejemplo el hecho caminar en las calles con el celular en la mano, caminar distraídos, llevar objetos de valor consigo como el celular, ropas, accesorios y otros. Por otra parte, también un amplio porcentaje refirió como causales de accidentes/daños a factores externos a ellos mismos, atribuyéndolos al municipio y a las autoridades estatales como los principales causales.

Se destaca que un 75% de los y las estudiantes adolescentes considera que tomar las medidas de seguridad para evitar accidentes/daños limitan la libertad, sin embargo, se destaca que dicha creencia no interfiere en que una gran mayoría de los participantes habitualmente se desenvuelva en la calles tomando ciertas medidas de seguridad como por ejemplo no detenerse cuando extraños ofrecen gangas o bingos, cruzar la calle al ver gente desconocida o ante personas que tengan cierta actitud de sospecha y manejar los números de emergencia.

De manera que al relacionar lo mencionado con el locus de control observamos una visión compartida en cuanto al control de las situaciones; por un lado los y las adolescentes consideran que tienen el control al asumir ciertos comportamientos de riesgos en las calles y al tomar las medidas preventivas de autocuidado propiamente; aunque también se observa un locus de control externo al atribuir las causas a factores externos a ellos.

Estos comportamientos preventivos están antecedidos por las creencias en las propias capacidades de realizar algo; en este caso el hecho de llevar a cabo conductas para evitar ser víctima de accidentes o daños en las calles. Desde el programa implementado con los y las adolescentes se logró abordar la autoeficacia percibida como variable cognitiva en el proceso de llevar a cabo comportamientos de autocuidado, específicamente lo relacionado a la seguridad personal en las calles. Entrenar a los adolescentes de manera a que potencien la autoeficacia percibida consistió en uno de los objetivos del programa, ya que cuanto mayor es el nivel de percepción de autoeficacia, mayor es la probabilidad de llevar a cabo las conductas que buscamos aumentar a través de este proyecto.

Como bien se ha visto, los y las adolescentes participantes del programa habitualmente también llevan a cabo ciertas conductas de seguridad personal en las calles; de ahí que desde el programa buscamos incorporar otras conductas preventivas basadas en técnicas de defensa personal, apoyado en técnicas de modelado, moldeamiento, seguido de ensayos de conducta. Los ensayos conductuales fueron grabados desde las prácticas iniciales hasta las finales del entrenamiento, de manera a obtener una medida de la incorporación de las estrategias y destrezas conductuales modeladas. Mediante esa documentación se pudo constatar la predisposición de los adolescentes para los ensayos conductuales y la capacidad de incorporar las técnicas conductuales mediante las técnicas operantes aplicadas.

Los adolescentes practicaron técnicas de escapes y safes de manera a aumentar sus recursos personales a modo de prevenir daños callejeros y no atacar. El profesional en artes marciales enfatizó a los participantes a ceder siempre que el adversario cuente con armas blancas o de fuego ya que la vida es lo más valioso con lo que contamos las personas.

A partir de las fuentes de verificación como videos, fotografías, etc, se puede notar que se lograron los objetivos propuestos consistentes en la incorporación de destrezas tanto cognitivas como conductuales en un 50% en los adolescentes participantes aplicadas en situaciones de riesgo en las calles lo que nos lleva a concluir que el programa diseñado y aplicado es eficaz y puede ser empleado para posteriores estudios similares. No se han encontrado diferencias significativas a nivel cognitivo y conductual en relación al género, sí una leve diferencia destacando mayor participación masculina a la hora del entrenamiento en defensa personal.

Consideramos que este proyecto tiene alta probabilidad de ser replicado en una muestra de mayor alcance, incluso en la misma población estudiantil.











Referencias

Bandura, A. ( 1999). Auto-eficacia: Cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual (ED). Bilbao, España: Desclée de Brouwer, S.A.

Caballero, A (2012). Cuestionario de riesgo de accidentes callejeros. Asunción, Paraguay.

MDI, (2014). Manual de Prevención del Delito: Programa de Innovación Institucional en Seguridad Ciudadana para promover la Cohesión Social y la Competitividad. Asunción, Paraguay: BID - MDI.

Pérez, J., y Bustos, J. (2018). Propiedades psicométricas de la escala de autoeficacia para prevenir el robo en la calle. Alternativas en psicología. 39, 68-86

Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030, (2014). Secretaría Técnica de Planificación y Desarrollo Social. Asunción, Paraguay. Recuperado de http://www.stp.gov.py/pnd/wp-content/uploads/2014/12/pnd2030.pdf.

Shaw, M., y Travers, K. (2007). Estrategias y mejores prácticas en prevención del delito en relación a áreas urbanas y juventud en riesgo. En El 11º Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Justicia Penal (pp. 69-74). Bankog, Tailandia: Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidad.

Villatoro, J. A., Domenech, M.N,. Medina- Mora, M.E., Fleiz, C. y Fresán, A. (1997). Percepción de la inseguridad social y su relación con el uso de drogas. Revista Mexicana de Psicología. Vol.1, Nro. 2, 105- 112